Este tramo de muralla pertenecía a un torreón islámico de los siglos IX-XI, encontrado en esta localidad hace unos años. Hasta ese momento había pasado desapercibido, dado que se encontraba en un garaje en muy malas condiciones. El Ayuntamiento lo adquiere para su posterior rehabilitación.
En su interior había paredes de distintos materiales, desde ladrillos a adobe, pasando por muros de piedras redondas, además de grandes sillares bien alineados y rejuntados.
De ahí que el consistorio viera la oportunidad de recuperar esta pieza histórica para la localidad.
Primeramente se demolió el garaje y el trasformador que la cubría. Una vez liberado de estas construcciones, se intentó conseguir dos objetivos, en primer lugar, restaurar el tramo de la muralla, poniendo en valor un patrimonio que el municipio tenia oculto y en segundo lugar, crear un espacio urbano de encuentro y recreo.
Los restos del pasado almacenan una excepcional riqueza informativa. El “tiempo construye”, dotando a la obra, por humilde que sea de una voz irremplazable, cuya desaparición empobrecería nuestro patrimonio cultural.